Cuando una persona o un equipo se pone a hacer un análisis de por dónde se escapa y se escurre el tiempo, llega a la conclusión muy conocida por muchos: existe una serie de aspectos o circunstancia que podemos recoger bajo la denominación de “ladrones del tiempo”, y cuya gestión conviene para poder alcanzar las metas que nos proponemos.

Con un simple vistazo a una lista de “ladrones del tiempo”, ya podemos darnos cuenta de que hay dos tipos de éstos: uno está relacionado directamente con aspectos externos y otro directamente con aspectos internos. Algunos de ellos, evidentemente, podrían contener aspectos tanto externos como internos. No obstante, hacer la distinción entre los dos tipos de ladrones del tiempo nos permite generar estrategias adecuadas para cada uno de ellos. Así, será imprescindible desarrollar estrategias para los aspectos externos y estrategias para los internos. Y por eso podemos hablar de “gestión del tiempo externo” y de “gestión del tiempo interno”.

Podemos hacernos expertos y expertas en herramientas para la gestión del tiempo externo, pero en muchos casos se constata que no siempre se gestiona bien, y que no siempre “cumplimos”. ¿Por qué? La respuesta ya puedes dártela tú: porque junto a los factores externos de la gestión del tiempo hemos de tener en cuenta los factores internos. Si, después de manejar un elenco de herramientas o técnicas para gestionar tu tiempo externo, todavía no vives con satisfacción tu gestión del tiempo, es probable que los factores que estén dificultando tus resultados estén relacionados con el “tiempo interno o psicológico”. Y, en ese caso, conviene adquirir herramientas y técnicas para poder gestionar, también, el tiempo interno. Es el paso a la Gestión del tiempo 3.0.